Ya ha llegado junio y con este mes el buen tiempo y los días soleados. El sol nos proporciona energía y vitalidad, aumentando nuestros niveles de serotonina. ¡Tiene aspectos positivos, pero también existen los negativos!
¿Sabes por qué es importante proteger la piel del sol?
La radiación solar tiene efectos destructores en la piel, los cuales van de eritema solar (las quemaduras de sol) al envejecimiento cutáneo acelerado y los cánceres de piel. La exposición solar es la primera causa de cánceres cutáneos, la consecuencia más grave de la irradiación, aunque también hay que considerar los riesgos de las quemaduras, la insolación, la fotosensibilización, lesiones oculares y alergia solar
La cantidad depende de la época del año, de la altitud y la hora del día. Son los que hacen que nos bronceemos y «nos quememos», que es una señal de alarma natural de la piel, que indica un exceso de UVB. El efecto más temido de los UVB a largo plazo es el desarrollo de cánceres.
Están presentes todo el año y atraviesan las nubes y los cristales. Son los responsables del envejecimiento cutáneo (fotoenvejecimiento) e inducen la formación de radicales libres que atacan las estructuras celulares y el ADN.
¿Cómo actúan los protectores solares?
Los productos de fotoprotección solar tienen la misión de filtrar al mismo tiempo los rayos UVB y UVA, manteniendo un buen equilibrio entre ambos. El poder de filtración está definido por un índice de protección, el SPF (Sun Protection Factor). El SPF debe seleccionarse en función del fototipo y de la intensidad de la radiación solar (si se va al mar, a la montaña…).
- SPF 6 = protección baja
- SPF 15 = protección media
- SPF 30 = alta protección
- SPF 50+ = muy alta protección

Hay que seleccionar el protector solar según su textura, la que más le guste y facilite la aplicación regular, porque hay que reaplicar cada dos horas para garantizar la eficacia. Hay fórmulas resistentes al agua o que aceleran el bronceado para reducir el tiempo de exposición.
¿Conoces los aspectos negativos de no proteger nuestra piel frente al sol?
Uno de los principales efectos negativos de la exposición solar es la aparición de lesiones en la piel. Estas lesiones pueden ser precancerosas o cancerosas. Entre las cancerosas, encontramos el melanoma.
El melanoma es un tumor maligno de la piel, originado en los melanocitos (las células que dan color a la piel) y es el tipo de cáncer de piel más agresivo y peligroso. Su principal causa es la exposición excesiva e inadecuada al sol, junto a factores genéticos.
El primer signo de un melanoma es un cambio de tamaño, forma, color o textura de un lunar y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más habitual encontrarlos en piernas, espalda y escote. Cualquier persona puede desarrollar cáncer de piel aunque no tenga un factor de riesgo.
¿Se puede prevenir el cáncer de piel tipo melanoma?
No todos los melanomas se pueden prevenir, pero podemos tomar medidas para reducir el riesgo de padecer melanoma y otros tipos de cáncer de piel.
Empieza a tomar el sol poco a poco y evita las exposiciones solares largas durante las horas centrales del día que es cuando hay más radiación.
Usa siempre fotoprotección cuando tu piel esté expuesta. Para una correcta protección, el filtro solar utilizado debería tener un factor de protección solar alto o muy alto, idealmente 50 o más, y aplicarse de forma generosa unos 30 minutos antes de la exposición, reaplicarse cada 2 horas.
Usa otras medidas protectoras físicas como gafas de sol, sombrillas, sombreros o ropa. Evita las quemaduras solares: Las quemaduras solares son uno de los factores que aumenta más el riesgo de padecer cáncer de piel y de melanoma.
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